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12.31.2009

El aroma de lo extraño

Dulce aroma de lo extraño,
sinuosa, exótica figura,
que escapa temblorosa
de tus labios.
Color vivo atravesando
la barrera del susurro
terminando entre las
venas de un momento.
Como hojas en blanco
pidiendo ser escritas,
carente de sentido mi universo,
¡nuestro!
Corrientes casi ahogadas que respiran
del verso sin ser apenas estrofa
y el dulce aroma de lo extraño,
extraño es que no caiga ni una gota.
Atentos, aguzan el oído
los grandes e inmortales pensamientos
de nuevo carentes de sentido,
de nuevo comprenden el deseo.
¡Escucha! a vienen a robarte
el cálido, fugaz, vivo recuerdo,
y buscan en tus sueños la respuesta.
Aquella que entre luces me gritaste.

12.26.2009

Poema a un amigo


Surgió tan inesperada y veloz
aquella sensación...
Ansiaba abrazarte, durante eternos minutos,
ansiaba olerte, poder verte
y reír contigo.
Ansiaba tocarte y sentir
que estás realmente vivo,
volar por el tiempo y acortar caminos,
pues una vez te tuve tan cerca
que sentía tus fugaces latidos.
Ansiaba dejar de extrañarte,
segundo tras segundo,
pero ahora,
ansío poder seguir, noche tras noche,
simplemente seguir soñando contigo.
Que el viento te lleve mis palabras
y te las entregue en forma de suave rocío.

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No es un poema de amor.

Just i'm missing you.

12.17.2009

Baila conmigo . . .



Te cantaré una canción helada al oído,
helada como este atardecer,
que congela las hojas del olvido
y las recuerda con un nuevo amanecer.

No, no es una canción helada,
¿sientes mi aliento en tu piel?
es una estimulante balada,
oh, el sol se niega a desaparecer.

Agárrame con fuerza y muévete con las estrellas
pues ellas guiarán tus pasos, tus pasos hacia ellas.
Y cuando te halles en el cielo, mira hacia la tierra,
pues aquí te estaré esperando, esperando a que vuelvas.

Baila conmigo esta noche
y dejemos que el tiempo sobre,
baila conmigo esta noche
y que no nos importe que el cielo llore.

12.15.2009

¿Una razón para morir? [Kavin]

Melania corría.
La noche era fría y la luna se escondía detrás de unas espesas nubes que lloraban. El frío de la lluvia le calaba la ropa hasta los huesos, pero no le importaba. Sus propias lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, y el vapor del frío hacía que le doliera respirar. Su corazón palpitaba con un ritmo exagerado, haciendo que respirara con más ansiedad.
Melania huía de algo permanente.
Las calles vacías, encharcadas. Una farola apagada que dormía plácidamente. El cuerpo de Melania expulsaba toneladas de miedo que chocaba contra las paredes de la ciudad para volver a penetrar en ella. No conseguía superar la situación. Sollozó con desesperación mientras resbalaba en la acera y lograba sujetarse a una barandilla. Miró a su alrededor, ni un alma había sentido su presencia. Pero entonces detuvo su búsqueda al otro lado de la carretera.
Ahí estaba él.
La lluvia no le hacía efecto. Su pelo rubio bailaba con el viento, pero el agua no conseguía herirlo. Sus ojos, tan verdes, la observaban derramando lágrimas invisibles e imposibles. En silencio podía sentir la desgarradora tristeza que emanaba de él. Los labios entreabiertos. Dio un paso vacilante hacia ella y después otro, lentamente. Melania respiraba con fulgor. Deseaba huir, pero sabía que era imposible. Imposible de verdad.
Tiritaba de frío, empapada. Cada paso que él daba hacia ella, ella lo daba hacia atrás, hasta que chocó con el cristal del escaparate de una tienda de electrodomésticos. Deseó meterse dentro y cerrar la puerta con llave, pero eso no serviría de nada, lo sabía muy bien.
Él llegó junto a ella. Se le partió el corazón ver su mirada tan cerca, y no pudo aguantar el nudo que se le formó en la garganta. Un rayo descongeló el silencio.
- Lo siento tanto...
Melania rió entre el llanto, casi con sarcasmo.
- Tengo miedo, me muero de miedo.
- ¿Qué? No digas tonterías Mel, ¿te doy miedo? Pensé que ya no... que te habías acostumbrado a verme... lo siento...
- No, no me das miedo tú. Me da miedo no volver a verte cuando me despierte mañana por la mañana, porque hayas cumplido tu jodida tarea aquí y hayas encontrado la maldita luz. Por eso tengo miedo, porque deseo morirme para irme contigo.
Melania le besó y un grito hizo que los murciélagos volaran despavoridos. El dolor fue tan intenso que sintió que se desmayaría cayendo al vacío.
Realmente no era recomendable enamorarse de un fantasma.

12.10.2009

Nada

Edificios grises, sucios, polvorientos, mugrientos. Inacabados y por doquier.
Monstruos que devoran el crepúsculo de una tarde de verano en lo que era un bosque cercano, del que no queda nada. Tapan el horizonte del universo, haciéndome sentir oprimida entre tanta piedra y sequedad mientras veo las sombras que huyen a través del mar hacia un lugar mejor. Mi sombra desea ferviertemente separarse de la planta de mis pies, retorciéndose con desesperación, pero ignora que es tan imposible como separar el cuerpo y el alma sin causar dolor alguno. Calles estrechas, malhechas, con olor a sangre y comida entre los rincones más pequeños y oscuros.
Edificios grises, sucios, polvorientos y mugrientos, que devoran el perfume del mundo.



Salí a la calle y le grité al viento..
pero abrazó las palabras y se las llevó muy lejos.

12.03.2009

Sangre de mariposas

Te lo he dicho tantas veces que resulta mordaz.

Me agoto al pensar al revés cuando me introduzco en tu cabeza, cuando el cielo es el suelo que pisan tus pies y lo repulsivo de la tierra está a tanta distancia infinita de tu pelo.
Me gustaría fumarme tu alma, egoísta de mi, para tenerte dentro, conmigo, para siempre. No, realmente me asusta esa idea. Pero resulta un tanto romántico, ¿no te parece? Realmente no soy tan posesiva, aunque es posible que te haya dado esa impresión.
Sí, hay mariposas volando a mi alrededor cuando pienso tu nombre, y la herida de mi vientre sigue abierta, sangrando, esperando que regresen algún día y el dolor amaine. Pero me parece que aún falta mucho para eso. ¿Han escapado mariposas de tus entrañas, cielo? Contrólalas bien, sino la posterior hemorragia podría llevarte a la locura.
No, seguramente no te ocurriría eso, eres fuerte mi amor, eres fuerte, al contrario de mi. ¿Qué pretendo escribiendo estas inútiles palabras? Las leerás algún día, esta noche, mañana, en cinco años o en treinta, y no les encontrarás sentido alguno. Simplemente pensarás que estoy loca.

Quién sabe, igual sí que lo estoy.

(Quizás no encuentres esta carta jamás)

12.02.2009

Hoy es uno de esos días en los que no tengo nada importante que escribir, no hay inspiración, pero aun así siento que debo teclear algo, letras sueltas que formen palabras, aunque no cobren sentido alguno y sea solo para rellenar este rectángulo blanco. Mi mente está bloqueada, me gustaría tener un desatascador e introducirlo por algun orificio hasta llegar al cerebro (oh vaya, esta imagen resulta un poco desagradable). Quizás simplemente debería tomarme una pastilla y dormir durante algunas horas, quizás eso dejara fluir los pensamientos libremente, como la sangre corre sin problemas por las venas. Pero no sé si funcionaría y tampoco puedo dormir en estos momentos.
Vuelvo a estar bloqueada. Mis dedos pierden el hilo de las teclas y mi mente parece flotar sobre el aire ingrávido del universo, lejos de este planeta, de mi propio cuerpo. Me gustaría flotar y sentirme como una pluma, casi sin peso alguno. Pero de momento no dispongo de una nave espacial ni de un traje de astronauta.
Dios mío, qué de idioteces estoy escribiendo. Debería dejar esto como un borrador sin sentido, pero lo publicaré. Es mi propio aburrimiento, espero no contaminar a las personas que lo lean (si es que alguien lo lee xD) y aburrirlas tanto.
Iré a llenar la bañera de agua con espuma y a sumergir la cabeza durante un rato, igual lo que necesito es el silencio ensordecedor del agua en los oídos.